El filme chileno La cordillera de los sueños, de Patricio Guzmán, se alzó con el premio al mejor documental en el Festival de Cine de Cannes.

París, 27 Mayo 2019, (Prensa Latina).- El filme chileno La cordillera de los sueños, de Patricio Guzmán, se alzó con el premio al mejor documental en el Festival de Cine de Cannes, recibido ex aqueo con la cinta siria Para Sama.

En el último día del prestigioso evento realizado en esa ciudad del sur de Francia, el jurado del apartado de documentales anunció los ganadores e indicó que ‘los dos filmes que hemos premiado hablan de amor, de exilio, de resistencia y de la alegría de desobedecer juntos’.

En La cordillera de los sueños, el chileno Patricio Guzmán, utiliza los Andes para adentrarse en la historia reciente del país y en sus recuerdos de infancia, y contar episodios como el golpe de Estado de 1973 llevado a cabo por Augusto Pinochet, así como la represión durante la dictadura.

El material cierra la trilogía de Nostalgia de la luz (2010,) El botón de nácar (2015), de un realizador que pese a vivir en exilio desde aquellos años, ha dedicado su obra a su país.

Al recibir el galardón, Guzmán mostró su alegría por el reconocimiento, y también por compartirlo con la joven cineasta siria Waad al Kateab.

Con Para Sama, la realizadora busca explicarle a su hija nacida durante la guerra en Siria, la difícil elección de permanecer en el país en el periodo más sangriento del conflicto, y para ello filma escenas impresionantes en la ciudad de Alepo.

El cine latinoamericano también resultó premiado en Cannes con la película Nuestras madres, del guatemalteco César Díaz, quien obtuvo el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de la Semana de la Crítica, una sección paralela.

La película de ficción busca visibilizar el conflicto de las masacres contra la población maya, y para ello cuenta la historia de un joven investigador que trata de identificar las víctimas enterradas en fosas comunes durante la guerra ocurrida en esa nación centroamericana de 1960 a 1996.

Este filme ‘surge de la necesidad de hablar de la historia guatemalteca, porque es una historia desconocida. Se ha hablado mucho de las dictaduras chilenas, argentinas… pero la dictadura guatemalteca no la conocemos’, argumentó recientemente.