Mathías Ramírez Carranza se visualiza en unos años como una persona feliz, estudiando ingeniería mecánica nada menos que en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Lima, 17 Septiembre 2019, (ANDINA).- Mathías Ramírez Carranza se visualiza en unos años como una persona feliz, estudiando ingeniería mecánica nada menos que en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), becado gracias a su talento y trabajando algún día en la Nasa.

Así avizora su futuro este pequeño genio de apenas 11 años, quien en su hoja de vida tiene nada menos que cuatro ingresos a universidades estatales y ni siquiera ha acabado su educación primaria.

En el 2017 inició su «carrera» hacia la universidad con solo nueve años y estando en el cuarto grado de primaria. En esa oportunidad logró una vacante en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle.

Este año lo volvió a intentar y claro que lo logró: ingresó a la Universidad Federico Villarreal, luego a la Universidad Nacional del Callao y el último sábado nada menos que a San Marcos.

Pese a todos esos logros, Mathías tiene una vida normal porque se da su tiempo para el juego y el esparcimiento.

Estudia de ocho de la mañana a dos de la tarde y luego de cuatro a seis de lunes a viernes y los fines de semana juega con sus amigos en una losa deportiva cerca a su casa en el distrito de El Agustino.

Eso sí, las redes sociales para él están restringidas, todas las claves las tiene su familia «porque no quieren que me distraiga».

La aritmética es su fuerte pero nunca descuida las otras materias. Todos sus logros están apoyados por su colegio “Juventud Científica» y por sus padres, maestros y amigos.

«Se qué tengo mucha suerte porque la mayoría de los niños con coeficiente intelectual elevado pero de condición humilde tienen que luchar por encontrar recursos y cumplir sus sueños», afirmó.

Si algún mensaje tiene que dar Mathías a los demás niños es la perseverancia. «Tienen que esforzarse y dedicar bastante tiempo a los estudios. Si quieren lograr algo y no sale a la primera, hay que seguir intentándolo», subrayó el pequeño.