A los 65 años ganó dos Grammys y volvió realidad el sueño postergado por décadas
Lima, 3 de febrero 2025, (ANDINA).- Mimy Succar comenzó a brillar con luz propia hace aproximadamente dos años. Cantante con décadas de experiencia había guardado su sueño de ser la protagonista de grande escenarios por abocarse a sacar adelante a su familia, junto a su esposo Antonio. Hoy, a los 65 años, se alzó con dos Grammys generando en ella un torbellino de emociones, pero demostrando que los sueños se hacen realidad a cualquier edad si es que los deseamos con pasión.
Mimy creció siempre con música. Siendo niña junto con sus primos jugaban «a cantar» en casa y así improvisaban conciertos en medio de sus momentos de infancia; mientras que sus tíos y padres eran los privilegiados espectadores.
Aunque su primer acercamiento oficial a la música en lo que ella puede considerar «algo serio» fue siendo una jovencita cuando viajó a Brasil a representar al Perú en el Miss Nikkei. Previamente, así como jugando, había sido coronada en Lima.
Ya en la tierra de la caipirinha, Mimy se atrevió a cantar ante el público que asistió a ese concurso; siendo ese su primer contacto con el aplauso internacional.
Mimy siempre había amado la música y cuando llegó el amor, lejos de alejarse se cimentó esa pasión ya que su esposo la acompañaría en el piano cuando decidieron emigrar a los Estados Unidos con su aún pequeña familia.
Allí, ella debió guardar en el baúl los sueños de artistas que abrazaba con fervor. Había que trabajar y así lo hizo con su esposo y formó su orquesta en donde tocaron en donde los llamaran para así generar ingresos.