Lima, 15 Junio 2021, (Envío especial para El Informante Perú).- La valiosa pluma del gran periodista tacneño Francisco Ugarteche, en su artículo sobre estas elecciones, me da pie para dar mi aporte; y por ello, tomo prestado gran parte de la estructura de su artículo y agregar varios apuntes e ideas, también agradezco a un director de APROSEC que colaboró con sus brillantes ideas, no lo menciono por no tener su autorización.

Sin duda todos los entretelones y donde además es parte el propio Vargas Llosa, tiene los insumos para una nueva novela, que si de mí dependiera el título, yo le pondrían “El Fraude del Bicentenario”, con todo lo que ha pasado y está pasando en nuestra política, el escritor Vargas Llosa tiene todos los argumentos necesarios, incluida la llamada telefónica nada menos que del Presidente Sagasti, para que el escritor perennice la trama, los autores y a la decadencia política que hoy vivimos; la confabulación montada, permitirá recrear la psiquis y aplicar la ciencia forense a cada uno de los perfiles de los autores o mejor dicho actores políticos principales, siendo Vizcarra en mi opinión, uno de los protagonistas principales sino el más importante. Será muy vital el señalar el cómo la izquierda logró tranquilamente infiltrar a personas con su ideología en todo el aparato del Estado Peruano, con la anuencia sabe Dios con qué intereses maquinados por los llamados “caviares”, quiénes contaron con la indiferencia de los últimos seis Presidentes de la República del Perú distraídos en ver el cómo robarle al País, bajo la comparsa de un empresariado cómplice, un pueblo anómico con más de un 70% de informalidad, preocupados en sus quehaceres para poder llevar el sustento a sus hogares, donde la pandemia graficó esa realidad. Otro factor a tomar en cuenta es la deplorable situación a la que llegan las instituciones públicas como resultado del irresponsable desmanejo, para favorecer el interés político, en desmedro de los interés nacionales, esta pandemia mal atendida es un claro ejemplo de ello. Termino la idea señalando que la demagogia junto a importantes apoyos económicos foráneos e internos hace el resto.

Un fraude electoral también necesita de la orquestación de personas, que sin sorteo alguno se posesionen desde temprano de las mesas de votación, los llamados personeros que, además, ya están debidamente capacitados y con objetivos muy claros de la función que tienen que cumplir. Las encuestadoras juegan su partido aparte, ya en su momento Vladimiro Montesinos dio cuenta de ello, no advirtieron de aquel candidato que había estado escondido hasta último momento, no sería acaso especulando que era el verdadero gallo de tapada y no George Forsyth a quien nos lo pusieron desde meses antes hasta el cansancio. Hoy hay factores como la incertidumbre jurídica, en la mañana amplían el plazo para presentar actas y a las pocas horas lo dejan sin efecto. Hay políticos de muy baja estofa que han querido sacar beneficios políticos y económicos de la pandemia, ello debe ser investigado de manera prolija y si fuera el caso ser sancionado con todo el peso de la Ley.

Pero cuidado que un gobierno nacido de la sospecha de fraude, donde se dan muchos indicios razonables, es como el amor fingido, la traición de Judas, los títulos profesionales del jirón Azángaro, el fiscal taimado o el juez aceitado. Sin duda nada bueno se podrá esperar ante tanta duda, cuando las cosas no son transparentes, no olviden que lo que mal empieza, mal acaba.

Estamos ante una bomba de tiempo y el detonante será el anuncio del ganador. La verdad es que detrás de todo esto hay una violencia insospechada en un país totalmente dividido en dos, altamente polarizado, que hay que considerar ineludiblemente como un potencial peligro; tomando en cuenta que en este proceso no se está eligiendo tan sólo a uno de los candidatos sino que se está poniendo en juego la legitimidad del próximo gobernante y por ende la subsistencia del Sistema Democrático.

Finalmente quiero expresar mi opinión que no es otra, que el de anular estas elecciones por clamorosas e inocultables vicios procesales, al ser una persona dedicada a la seguridad preventiva, estoy convencido que es la mejor opción para nuestro país; sugiero adicionalmente la lectura del escrito recientemente presentado por un valiente abogado Jasson Eduardo Núñez Sáenz a quien no conozco; pero sí reconozco, que por los argumentos esgrimidos en el mismo, se plasman las argumentaciones jurídicas y factuales que exige la nulidad de este proceso electoral de segunda (no tan sólo por la vuelta; sino por la falta de transparencia e idoneidad); solamente recomendar que dicho documento no sólo debe tener como destinatario al Jurado Nacional de Elecciones; sino a la Defensoría del Pueblo, que en la fecha, se viene poniendo de perfil o de espaldas a esta crítica situación que obliga a una intervención sobre un tema grave que no le es a dicha entidad pública ajena funcionalmente.

(*) Presidente de Aprosec
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