Fueron usados por el Ejército Peruano, lo que representan valor histórico, y tienen como rasgo distintivo el sol
Lima, 30 Mayo 2021, (ANDINA).- El Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a dos bienes muebles que corresponden a dos cascos que han sido empleados como parte del uniforme del Ejército Peruano en la Campaña Militar de 1941, conflicto armado que enfrentó a Perú contra Ecuador por una disputa territorial debido a la falta de delimitación fronteriza entre ambos países.
Cabe precisar que los problemas territoriales entre Perú y Ecuador se remontan a los tiempos de su independencia de España, cuando se disputaron los territorios de Tumbes, Jaén, Maynas, Quijos y Guayaquil.
Mediante la Resolución Viceministerial N° 000129-2021-VMPCIC/MC, publicada en el Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, se señala en sus considerandos, que el pasado 4 de marzo, la Dirección de Recuperaciones de la Dirección General de Defensa del Patrimonio Cultural incautó en el Terminal Postal de Serpost, ambos bienes muebles, al ciudadano de nacionalidad peruana Oscar Oswaldo Barturen Silva, cuando pretendía enviarlos a la ciudad de Nootdorf, Holanda.
Se precisa que el origen de ambos cascos se encuentra en el casco Adrián modelo 26, fabricado en Francia y que fue empleado en la Segunda Guerra Mundial.
El casco Adrián M26 fue una variante del casco Adrián M15 fabricado a solicitud del Ejército francés en la Primera Guerra Mundial para proteger a los soldados contra las esquirlas.
Su nombre se debe a su creador Intendente General August Louis Adrián, cuyo diseño se basó en los cascos de bomberos franceses. Posteriormente los cascos Adrián fueron producidos en diferentes fábricas y adquiridos por diversos países de todo el mundo y se diferenciarán por las insignias de la zona frontal.
En el caso peruano, los cascos pudieron haber sido comprados a Francia en la década de 1930 como parte de la modernización del material de guerra del Ejército del Perú ante los posibles conflictos territoriales con los países limítrofes.
Cabe recordar que las relaciones con Francia se gestaron a fines del siglo XIX, cuando en 1896 a solicitud del gobierno de Piérola, llegó la Misión Militar Francesa contratada para reorganizar el Ejército Peruano después del desenlace de la Guerra del Pacífico.
La influencia francesa no se limitó a los uniformes y a la terminología, sino también a la estructura de las ramas y cuerpo de oficiales y de los institutos militares. La citada Misión se quedó en nuestro territorio hasta 1943.
Características
Ambos cascos son de acero y se caracterizan por tener forma semiesférica y visera ancha tanto en la zona anterior como en la posterior, hechos en una sola pieza.
Sobre la zona superior llevan una cresta alargada unida por medio de remaches y en la parte frontal destaca la representación del sol radiante humanizado, símbolo que los distingue como cascos del Ejército Peruano, por lo que se les otorga valor estético.
En el interior tienen pequeños orificios de ventilación que son cubiertos por la cresta, además presentan flejes de metal y dos hebillas.
Uno de los cascos se encuentra pintado de verde y aún conserva la sudadera interior de cuero con ribete de tela que está sujeta a los flejes; también tiene barboquejo de cuero de una sola pieza que se encuentra roto.
En la sudadera se lee las iniciales: “N G”. En algunas publicaciones se conoce a este modelo como casco Adrián M34 mencionando que fueron fabricados en 1934 y distribuidos en ese año.
El Museo de la Escuela Militar Eloy Alfaro, ubicado en Ecuador, posee una apreciable cantidad de cascos peruanos de un pelotón emboscado en la Campaña Militar de 1941.
En una fotografía publicada en el Compendio de la Historia General del Ejército del Perú, se observa a soldados peruanos que participaron en la Batalla de Zarumilla, luciendo los mencionados cascos.
Terminada la campaña de 1941, durante el gobierno de Manuel Prado se organizó un concurso público para la elaboración de un monumento conmemorativo en honor al hecho histórico mencionado.
El concurso fue ganado por el reconocido artista peruano Artemio Ocaña, quien entre 1944 y 1945 elaboró el majestuoso “Monumento a los caídos”, ejecutado en piedra y metal en el Campo de Marte de Lima.
Como parte de este monumento destaca la representación de la Victoria, rodeada por un grupo de soldados que simboliza el sacrificio de aquellos por nuestra patria.
Precisamente en este conjunto escultórico los soldados son representados usando el referido casco Adrián con el símbolo del sol en la zona frontal.
Los dos bienes culturales no solo brindan información histórica, sino que también son representativos del valor y arrojo de los soldados peruanos que lucharon por proteger el territorio nacional en 1941. De esta forma ambos bienes contribuyen a la construcción de nuestra identidad y refuerzan los vínculos afectivos con nuestra patria.
Patrimonio Cultural de la Nación
En la resolución referida, se sostiene que en base a lo expuesto anteriormente, es oportuna su declaratoria (los dos cascos) como bienes muebles integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación, porque reúnen los valores históricos, estéticos y sociales descritos en los artículos II y III del Título Preliminar de la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación”.
Se precisa que los bienes muebles presentan valor histórico, porque guardan un vínculo con una etapa de nuestra historia al haber sido empleados por soldados peruanos en la Campaña Militar de 1941.
Asimismo, los cascos son testimonio de la modernización del armamento del Ejército Peruano en la primera mitad del siglo XX y la influencia militar francesa.
Además se subraya que se reconoce el valor estético en el modelo de los cascos denominado Adrián, posible M34, el cual presenta un rasgo distintivo: el sol radiante o Inti como elemento representativo peruano.
Se reconoce en los dos cascos la significancia social porque en su condición de testimonio histórico, constituyen un valioso legado cultural que contribuye a la construcción de nuestra identidad patriótica.
La resolución que declara como Patrimonio Cultural de la Nación a los bienes muebles lleva la firma de la Viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Leslie Carol Urteaga Peña.