El Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, afirmó que en el Perú de la actualidad «no hay un solo preso político» y nadie es perseguido por sus ideas o filiación política.

Lima, 25 de Noviembre 2018, (ANDINA).- El Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, afirmó que en el Perú de la actualidad «no hay un solo preso político» y nadie es perseguido por sus ideas o filiación política, en relación a la solicitud de asilo presentado por el expresidente Alan García a Uruguay.

A través de su columna «Piedra de Toque», que publica el diario español El País, dijo que el exmandatario «está cercado por la justicia» debido a supuestos malos manejos y coimas recibidas durante su segundo gobierno en la construcción del Metro de Lima.

«El pretexto es simplemente grotesco porque en el Perú de hoy no hay un solo preso político y nadie es perseguido por sus ideas o filiación partidista; y probablemente nunca ha habido tanta libertad de expresión y de prensa como la que hoy existe en el país», aseguró.

En ese sentido, sostuvo que «sería una vergüenza» que el Uruguay concediera el asilo a Alan García, que no está siendo investigado por sus ideas y actuaciones políticas, sino por delitos tan comunes como recibir coimas de una compañía extranjera que competía por contratos multimillonarios de obras públicas durante su gobierno.

«Sería como proporcionar una coartada de respetabilidad y victimismo a quien —si es verdad aquello de que es acusado— contribuyó de manera flagrante a desnaturalizar y degradar esa democracia de la que, con justicia, se ufana de haber mantenido en buena parte de su historia aquel país sudamericano», refirió.

Por ello, manifestó que el derecho de asilo es «la más respetable» de las instituciones en un continente tan poco democrático como ha sido América Latina, «una puerta de escape contra las dictaduras y sus acciones terroristas para acallar las críticas, silenciar a las voces disonantes y liquidar a los disidentes».

«En el Perú conocemos bien a ese tipo de regímenes autoritarios y brutales que han sembrado de sangre, dolor e injusticias buena parte de nuestra historia. Pero, precisamente porque estamos conscientes de ello, no es justo ni aceptable que en un periodo como el actual, en el que, en contraste con aquella tradición, se vive un régimen de libertades y de respeto a la legalidad, el Uruguay conceda la condición de perseguido político a un dirigente a quien la justicia investiga como presunto ladrón», añadió.

Vargas Llosa agregó que los jueces y fiscales peruanos que se han atrevido a atacar la corrupción en la persona de los últimos cuatro jefes de Estado «cuentan con un apoyo de la opinión pública que no ha tenido jamás el Poder Judicial en nuestra historia».

«Ellos están tratando de convertir a la realidad peruana en algo semejante a lo que por mucho tiempo el Uruguay representó en América Latina: una democracia de verdad y sin ladrones», dijo.